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1º de Mayo. Más de 130 años de lucha de la clase trabajadora

    23/04/2020.
    Portada de la galería de carteles del 1º de Mayo

    Portada de la galería de carteles del 1º de Mayo

    La jornada del 1º de Mayo como fiesta reivindicativa y de unidad de la clase trabajadora tiene una historia de más de 130 años. Por su importancia, desde el Archivo de CCOO de Andalucía, ofrecemos una pequeña selección de carteles confeccionados para este acto por CCOO, con ello queremos exponer una breve panorámica de las reivindicaciones en los más de 40 años de democracia. En el Archivo se conserva un importante número de carteles del 1º de Mayo tanto de CCOO como de otras organizaciones sindicales y políticas; así como de distintas Uniones Provinciales, Locales, Comarcales y Regionales de la propia Comisiones Obreras. En esta ocasión hemos seleccionado una muestra sólo de los carteles producidos por Comisiones a nivel Confederal o Autonómico entre 1979 y 2020.

    Un breve repaso por la historia de la jornada del 1º de Mayo

    Los inicios del 1º de Mayo se remontan al congreso fundacional de la Segunda Internacional celebrado en París en 1889 donde se acordó celebrar una manifestación el 1º de Mayo en todas las ciudades para reclamar la jornada laboral de 8 horas. La elección de la fecha se hizo en homenaje a los asesinados en Chicago durante las jornadas de huelgas y manifestaciones desarrolladas en mayo de 1886 exigiendo la reducción de la jornada laboral a 8 horas. La convocatoria del 1º de Mayo de 1890 en España fue considerada un éxito y en Andalucía, por ejemplo, hubo mítines y manifestaciones, anarquistas el día uno y socialistas el día cuatro, en localidades como Sevilla, Cádiz, Huelva, Linares, Jaén, Antequera y Málaga. Un año más tarde, en el Congreso Socialista Internacional celebrado en Bruselas, se concede al 1º de Mayo su carácter anual y una dimensión internacional.

    Durante las primeras décadas del siglo XX se irá consolidando el ritual de la jornada. El 1º de Mayo se preparaba minuciosamente por las organizaciones obreras que, en días previos, fijaban los programas y difundían el manifiesto en el que se recogían las reivindicaciones para presentar a los poderes públicos a la vez que llamaban a la participación. La manifestación era la actividad más característica de la jornada y concluía con la entrega del pliego de reivindicaciones y se consideraban como un acto contra la patronal y en donde se proclamaba la solidaridad de los trabajadores frente al capital y el anhelo de lograr una sociedad más justa.

    A las pocas semanas de proclamarse la Segunda República, su gobierno provisional estableció el 1º de mayo como fiesta oficial en todo el país, por lo que la convocatoria de aquél año resultó una conmemoración con manifestaciones masivas en toda España. También hay que destacar las grandes manifestaciones del uno de mayo de 1936 en las grandes ciudades como Sevilla, Málaga, Granada, etc. unos meses después del triunfo del Frente popular. Sin embargo, dos meses más tarde un sector del ejército se alzó en armas contra la República dando inicio la guerra civil.

    El final de la Guerra Civil representó una severa derrota del movimiento obrero en España: sus organizaciones quedaron estrictamente prohibidas; sus dirigentes y militantes, en la cárcel, el exilio, en las cunetas o ante los paredones de ejecución; sus locales y bienes incautados. Los derechos colectivos de los trabajadores, como el de huelga, reunión y expresión, fueron radicalmente eliminados. Durante la dictadura de Franco, la jornada del 1º de mayo fue suprimida y el 18 de julio declarado Fiesta de Exaltación del Trabajo. Por otro lado, en 1955, Pío XII introdujo en el calendario la festividad de San José Obrero el uno de mayo. En una fusión entre la Falange y la Iglesia, ese mismo año fue proclamada fiesta laboral abonable la festividad de San José Artesano, sin ninguna connotación reivindicativa.

    El mantenimiento de la llama del 1º de Mayo en cuanto a su significación genuina y la recuperación de su celebración en la calle durante el franquismo constituyen una historia paralela y alternativa a la de San José Obrero. A finales de los años cincuenta y principios de los sesenta el Partido Comunista llamaba a manifestarse en la calle el uno de mayo mediante el lanzamiento de octavillas, la respuesta a dichos llamamientos eran pequeñas concentraciones en las aceras en un punto determinado y a una hora concreta. Habría que esperar a la década de los sesenta y al surgimiento de las Comisiones Obreras. Durante las dos últimas décadas de la dictadura, las Comisiones Obreras y otras organizaciones clandestinas del movimiento obrero preparaban la conmemoración del 1º de Mayo no sin dificultades y fue bastante usual que la policía detuviese a los militantes fichados los días previos a la celebración. La celebración consistía en intentos de manifestaciones reivindicativas dirigidas hasta la sede del sindicato en la que se proferían gritos contra la dictadura y por derechos laborales y en la que la policía hacía acto de presencia multiplicándose las detenciones. En 1975 y 1976, en un contexto de incremento sin precedentes de la conflictividad laboral en España, los trabajadores desafiaron en la calle a las autoridades el uno de mayo de manera masiva.

    Las organizaciones sindicales quedaron finalmente legalizadas en España en abril de 1977. A pesar de ello, el gobierno de Adolfo Suárez prohibió las manifestaciones convocadas por los sindicatos aunque se organizaron mítines y manifestaciones que acabaron en enfrentamientos con la policía y detenciones de militantes obreros. Fue el uno de mayo de 1978, por lo tanto, el primero que, tras ladictadura, se celebró con autorización gubernamental.

    Haciendo un recorrido por las reivindicaciones de estos más de cuarenta años, podemos decir que si en el 1º de Mayo de 1979 fue la lucha contra el paro el centro de la reivindicación, tras el golpe de Estado de febrero de 1981 el eslogan fue contra el paro y por la libertad. La cuestión de la paz, una idea fuerza en la historia del 1º de Mayo, estuvo presente en las manifestaciones de las jornadas de 1985 y 1986, convocadas por CCOO y expresaban el rechazo del sindicato a la entrada de España en la OTAN.

    Durante la década de los noventa ha seguido sido el empleo el eje central de las reivindicaciones, unas veces para demandar más empleo, otras por la calidad del mismo. Así el 1 de Mayo de 1991 el lema fue: Por el empleo y el progreso social; en 1993: Sin empleo no hay futuro y en 1997 la consigna central fue: Ahora empleo estable. Con el nuevo siglo, los sindicatos han mantenido su preocupación por el empleo, la calidad del mismo y los derechos a él asociados, dentro de un contexto de altas tasas de temporalidad que se sitúan en torno al treinta por ciento. Así, por ejemplo, en 2001 el lema unitario escogido fue: Por el empleo estable, seguro y con derechos y, en 2004, se reclamaba en el manifiesto unitario el pleno empleo y el bienestar. En concreto en Andalucía, la cuestión del empleo ha sido aún más recurrente si cabe, añadiéndose las reivindicaciones específicas de la industrialización o la plena autonomía como solución al alto nivel de paro que ha sido una constante en la región. A partir de la crisis del 2008, las reivindicaciones de políticas activas para la creación de empleo y pasivas de protección social, mejoras en las pensiones, trabajo digno y con derechos han sido una constante.

    Para conocer más: José Babiano Mora: 1 de mayo. Historia y significado. Albacete, Altaban, 2006 (descárgalo desde nuestra biblioteca)