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Memoria obrera. La lucha por los derechos en el Astillero de Sevilla durante la dictadura franquista

    Proyecto desarrollado en colaboración con el Ayuntamiento de Sevilla

    24/03/2020.
    Actas del Jurado de Empresa del Astillero de Sevilla

    Actas del Jurado de Empresa del Astillero de Sevilla

    Los jurados de empresa

    Los jurados de empresa fueron aprobados por decreto en agosto de 1947 aunque no empezaron a funcionar hasta 1953, tras la aprobación del reglamento que los regulaba. La dictadura franquista concibió estos órganos, que definió como «entidades de armonía laboral», con el objetivo de «lograr la convivencia en el seno de la empresa, el aumento de la producción y el desarrollo de nuestra economía», mediante la colaboración entre capital, técnica y trabajo, tal y como recogía el articulado del propio decreto. Sin embargo, tanto su carácter representativo —sus miembros eran elegidos por sus compañeros de empresa— como el papel protagonista en la negociación de los convenios —que les otorgó la Ley de Convenios Colectivos de 1958— provocaron que, lejos de constituirse en los espacios de colaboración y armonía previstos por el régimen, los jurados devinieran en órganos de reivindicación y confrontación en el seno de las empresas.

    De sus reuniones y de los temas en ellas tratados quedó constancia en las actas de los plenos de los jurados de empresa. Por tanto, a través de su análisis es posible rastrear tanto el malestar obrero ante medidas consideradas discriminatorias o lesivas dentro de la propia empresa, como la conflictividad laboral desarrollada durante la dictadura. Permiten también atisbar la acción del movimiento obrero contra el régimen y ayudan a calibrar el papel jugado por este en favor de las libertades democráticas.

    Conscientes del valor de esta documentación para un mejor conocimiento y una mayor difusión de la acción organizada del movimiento obrero a lo largo de la historia contemporánea, de su lucha por los derechos laborales y de su aportación de la construcción de la democracia, la Fundación de Estudios Sindicales y Cooperación de Andalucía ha desarrollado, con la colaboración del Área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla, un proyecto mediante el cual se han descrito y digitalizado las actas de las 381 reuniones del Jurado de Empresa del Astillero de Sevilla que tuvieron lugar entre su constitución, en 1956, y su desaparición en 1977.

    Documentación del jurado de empresa del Astillero de Sevilla

    La industria sevillana había experimentado un crecimiento considerable durante la guerra civil debido a que los sublevados otorgaron a la ciudad un papel protagonista como centro industrial de retaguardia que asegurara el abastecimiento del frente. En los años siguientes se diversificó y consolidó el tejido industrial sevillano gracias al apoyo financiero prestado por el Estado a empresas consideradas estratégicas y ligadas al Instituto Nacional de Industria (INI). Entre estas empresas se encontraba la factoría sevillana de la Empresa Nacional El Cano, que comenzó a funcionar en 1953. Construida en la margen derecha del canal de Alfonso XIII, la sede sevillana ocupó 550.000 metros cuadrados y se convirtió, por el número de trabajadores que empleaba —habitualmente por encima de 2.000—, en la primera factoría industrial de la ciudad. Aunque su actividad principal estaba orientada a la construcción de buques y de material de dragado y puertos, la factoría sevillana de El Cano atendió también reparaciones de los buques de la propia empresa.

    Poco tiempo después de que se pusiera en marcha la fábrica, en el año 1956, se creó su Jurado de Empresa, el cual celebró su sesión constituyente, en la que sus componentes tomaron posesión, el 10 de agosto de 1956. Desde entonces y hasta su disolución, el 3 de febrero de 1977, el Pleno del Jurado de Empresa celebró 381 reuniones, cuyas actas han sido digitalizadas en el curso de este proyecto y están al servicio de la ciudadanía en el catálogo en línea del AHCCOO de Andalucía.

    A través del análisis de las actas del Jurado de Empresa del Astillero Sevillano, se pueden rastrear, como se ha dicho, numerosos conflictos en el seno de esta empresa sevillana, tales como la protesta de trabajadores en la primavera de 1958, provocada por reivindicaciones de aumento de la remuneración y de regulación de horas extras, que tuvo lugar en los comedores de la empresa, y que conllevó una amenaza de huelga de brazos caídos y acarreó detenciones de enlaces sindicales por parte de la policía, así como varios despidos. Igualmente, a través de las actas de diversas sesiones celebradas a primeros de abril de 1965, se puede vislumbrar cómo un plante de un hora de duración derivó en una marcha lenta y silenciosa —forma de protesta que se extendió por otras empresas industriales durante esta década— por el interior de la factoría de un grupo de entre 200 y 300 trabajadores y que, entre otras consecuencias, fue reprimida con el despido de diez trabajadores. Además de este tipo de conflictos puntuales, también son frecuentes las alusiones a la negociación, y a sus consecuencias, de los convenios colectivos. Como ocurrió durante la negociación del convenio en el segundo semestre de 1969, que acabó provocando una contundente huelga a principios de 1970 que fue reprimida con 22 despedidos. O incluso, como ejemplo del reflejo de la conflictividad más allá de los límites de la propia factoría, el acta del 31 de octubre de 1975 recoge dos paros realizados en el Astillero en protesta por la detención del presidente de la Unión de Trabajadores y Técnicos (UTT) del sindicato provincial del metal, que en ese momento era el militante de las Comisiones Obreras, José Antonio Nieto. Como último ejemplo, cabe citar el acta que cierra la serie, correspondiente a la reunión extraordinaria del 3 de febrero de 1977, cuy único punto del orden del día, era la amnistía laboral para todos aquellos obreros que habían sido despedidos por motivos políticos.

    Valor patrimonial como fuente histórica

    Los anteriores son tan sólo algunos ejemplos puntuales que pretenden ayudar a situar el valor patrimonial que esta serie documental tiene tanto por su papel testimonial del pasado industrial de la ciudad, como por ser una fuente de primer orden para la historia económica y para la historia del movimiento obrero sevillano y de la conflictividad laboral durante la dictadura.

    Que la dictadura no murió en la cama del dictador es algo que se ha repetido en muchas ocasiones, aunque a veces no parece que se haya hecho con los suficientes alcance y contundencia. Fuentes documentales como la serie digitalizada en este proyecto, realizado por la Fundación de Estudios Sindicales y Cooperación de Andalucía, en colaboración con el Área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla, gracias al cual se pueden consultar y descargar libremente las actas de las 318 reuniones del Pleno del Jurado de empresa, ayudan a poner en valor el verdadero papel jugado por el movimiento obrero antifranquista sevillano, tanto en el desgaste definitivo de la dictadura, como en la extensión de valores y prácticas democráticas que hicieron inviable cualquier solución continuista tras la muerte del dictador.